¿Por qué San Isidro es el patrón de los agricultores?

Dice el refrán que “San Isidro Labrador quita el agua y pone el sol” debido a la relación que existe entre la onomástica del santo y el momento en el que empieza el buen tiempo, el 15 de mayo.

Es un santo ligado a la agricultura y la ganadería, al que tradicionalmente se le piden buenas cosechas, buena climatología y, últimamente, incluso buenas condiciones de mercado y precios rentables para agricultores y ganaderos.

Pero, para conocer la relación que existe entre el mundo agrario y el santo es importante conocer cuál es la leyenda, la historia y su vida.

San Isidro Labrador nació en el año 1082 en el Madrid musulmán, bajo el taifa de Toledo. Fue un labrador mozárabe que estuvo al servicio de la familia Vargas y otros terratenientes como Francisco Vera. 

Nació en el seno de una familia humilde de colonos mozárabes que repobló los terrenos ganados por Alfonso VI en la Reconquista.

Agua en abundancia 

Los datos que se empiezan a conocer de él arrancan en su etapa juvenil, ya que tras quedar huérfano desempeña varios trabajos como el de pocero, como su padre, al servicio de la familia Vera. Y aquí ya se empieza a saber que tenía tan buena mano que no había pozo a su servicio del que no manara abundante agua, aun tratándose de tierras secas.

En esta época ya hay referencia a uno de sus milagros. Una señora, Da Nuña, lo contrató para que abriera un pozo en su alquería, un terreno excesivamente rocoso que puso en un gran aprieto al protagonista. Aun así, a través de la oración consiguió que se ablandase la piedra, donde quedó impresa la huella de su pie.

La invasión del centro de la península ibérica en 1110 por parte de Alí ibn Yúsuf, le hace trasladarse a Torrelaguna. En este lugar conoce a María Toribia, con quien se casa y tiene un hijo, San Illán.

Bueyes arando

Es allí donde trabaja para la familia Vargas. Y es también donde se produce, según cuenta la historia, uno de sus más conocidos milagros. Los trabajadores del campo se quejaban a la familia Vargas aludiendo a que San Isidro llegaba tarde porque estaba rezando. Un día el patrón escuchó las quejas y fue a comprobarlo. Al llegar pudo comprobar que mientras San Isidro rezaba, los bueyes araban solos.

Otro de sus milagros, lo protagonizó junto al señor Vargas. Se encontraban en una época de gran sequía y no tenían forma de alimentar a su gente, de modo que acudió a San Isidro. Éste sacó su vara de zahorí, la puso en el suelo y brotó agua del lugar.  

Salvamento a su hijo

Con su hijo Illán, también cuenta la leyenda que cayó al pozo de la casa. Antes los ruegos de su mujer para que lo salvara, el santo se puso a rezar y el agua del pozo se elevó hasta que sacó al niño a la superficie.

Saco de grano misterioso

Y cuenta la historia que también es conocido el pasaje del saco de grano misterioso. Un día que había nevado se dirigía a un molino cargando sobre sus espaldas un pesado saco de grano. De camino, sintió pena por un grupo de pájaros que, por culpa de la nieve, no eran capaces de encontrar su alimento en el suelo. San Isidro decidió compartir con ellos parte del cereal que cargaba. Cuando llegó al destino descubrió con asombro que el saco estaba otra vez lleno.   

 Los milagros que cuenta la historia de San Isidro siempre están relacionados con la agricultura o la ganadería. Y por ello, al santo siempre se le representa con un perro labrador o con un par de bueyes y con algún apero de labranza que revelan su profesión. Una profesión que demuestra responsabilidad, solidaridad y profesionalidad y supone un trabajo intenso para que los alimentos no falten en las mesas.   

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