Un verano diferente como es este de la “nueva normalidad” post COVID-19 impone situaciones diferentes también en las vacaciones. La dificultad para viajar a otros países y las estrictas normas de seguridad y salud hacen que muchas personas este año hayan decidido disfrutar de la gran diversidad de la geografía y la agricultura de la Península Ibérica. Asimismo, uno de los puntos a tener en cuenta es el distanciamiento social que orienta a la mayoría de los destinos muy populares a alternativas menos frecuentadas por turistas donde haya menor riesgo de contagio.
Desde EDYPRO os proponemos tres destinos cercanos dependiendo de donde se encuentre vuestro lugar de residencia.
-El arte de hacer vino en Ribera del Duero. Los antiguos pobladores de la región ya aseguraban que esta tierra era inimitable y que por lo tanto producía algo inimitable. Y así ha sido y es, ya que su historia transcurre de forma paralela a la unión de la viña, el vino y el fruto de las cepas que marcan su paisaje y la personalidad de sus gentes.
Las especiales características de la climatología de esta zona con frío intenso retrasa el brote de la vid. Los bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche estivales provocan un equilibrio del fruto durante la maduración. Y en otoño se recoge así una uva de magnífica calidad.
Desde la Denominación de Origen Ribera del Duero se estipula que la producción reglamentaria admitida por hectárea es de 7.000 kilogramos y la uva procedente de parcelas superiores no puede ser utilizada en la elaboración de vinos protegidos.
Las variedades de uva de esta zona que vas a poder ver son Tempranillo, Cabernet-Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha Tinta o Albillo Mayor.
Y las actividades más destacadas para llevar a cabo son visitas a las bodegas de la zona como la de Finca Villacreces, con un entorno paisajístico único entre viñedo y bosque y el río Duero que discurre a sus espaldas. Es una de las bodegas de la “milla de oro de Ribera del Duero”, como también lo es y cita ineludible, la visita a la bodega Protos en Peñafiel donde también se organizan catas de vinos y existe un jardín de variedades. En esta bodega, que es de las más visitadas de la D.O Ribera del Duero, se unen tradición y vanguardia.
Destaca su cubierta que se puede ver desde el castillo de Peñafiel y en la que también existe un Museo del vino. A 10 kilómetros de otro de los enclaves de la zona, Aranda de Duero, se encuentra la bodega Prado Rey donde se puede ver toda la tecnología aplicada a una bodega para lograr vinos de calidad que contrasta con la dilatada trayectoria de esta finca que data de 1600 cuando el duque de Lerma comenzó la actividad agrícola y ganadera.
–Cicloturismo y turismo gastronómico en los municipios de l´horta de Valencia. Durante este verano también es importante la evasión de los núcleos urbanos. Así que desde EDYPRO os proponemos hacer una ruta cicloturista por las localidades de Alfara del Patriarca, Bonrepòs Miraball, Foios, Vinalesa, Albalat del Sorells, Almàssera y Meliana a primera hora de la mañana para concluir en algunos de los establecimientos del Club de producto gastronómico. Este club está formado por Ca Pepico, El Racó, Ca Xoret, El Celler de Jadelu, Lluna de València y la Barraca de Toni Montoliu. Son restaurantes embajadores de la cocina de la huerta con producto recolectado en esta zona y productos agrícolas de kilometro cero de calidad.
Entre las rutas cicloturistas destacan la ruta dels Camins del Carraixet, la vía Churra (trazado del antiguo ferrocarril), una de las más transitadas, o el Anillo Verde que recorre el área metropolitana de Valencia y que en la zona norte conecta con el mar.
-Sentir la tierra del olivar en Baeza (Jaén). Jaén es la provincia de la Península ibérica que más aceite de oliva produce a nivel mundial con 60 millones de olivos. Y por tanto la mejor zona para conocer de cerca cómo se elabora el aceite de oliva, y toda la cultura que existe en torno a él, su recogida, prensado y su gastronomía.
Nuestra propuesta parte por una visita al Museo de la Cultura del Olivo de la Hacienda de La Laguna y otros cortijos. Este Museo fue creado en 1997 y recibe su nombre del paraje natural de “la Laguna Grande”. Aquí el visitante puede ver todas las variedades de olivos de la cuenca Mediterránea en su Jardín de variedades. Además se puede observar el funcionamiento de los antiguos sistemas de elaboración del Aceite de Oliva desde el pisado, la torsión hasta la llegada de la prensa de viga o la prensa de torre o Alhorí, sistema de rueda y cadena.
Pero lo más conocido de este edificio del Siglo XVIII es su bodega que se conoce como “la catedral del aceite” con influencias centro europeas y muestra del progreso del olivar andaluz en el siglo XIX.
-Ruta del jamón Dehesa en Extremadura. La Dehesa es uno de los ecosistemas más singulares del planeta en el que conviven de modo armonizado el hombre y la naturaleza. Se trata de un modelo de desarrollo sostenible que goza de plena actualidad. Su protagonista es el cerdo Ibérico, raza autóctona adaptada al medio y que a lo largo del tiempo ha ido desarrollando las características que lo hacen especial y diferente. En Extremadura y la provincia de Badajoz, puedes disfrutar de esta ruta compuesta por 30 municipios que giran en torno a esta cultura como Jerez de los caballeros, Monesterio, Fregenal de la Sierra o Higuera la Real.
Jerez de los caballeros es una ciudad templaria repleta de historia y ciudad natal de Nuñez de Balboa y Hernando de Soto. Aquí destaca su fortaleza y la Torre Sangrienta y además existen lugares donde poder degustar la exquisita gastronomía local.
En esta zona puedes conocer la Dehesa como paisaje singular y único con un millón de hectáreas de terreno repleto de encinas y alcornoques, alimento del cerdo Ibérico. Y así conocer cómo vive y se cría.
También puedes visitar un secadero de jamones o conocer el centro de interpretación del Cerdo Ibérico de Higuera la Real o visitar el Museo del Cerdo Ibérico de Monesterio.
-Agroturismo entre frutales en Zaragoza. Otra de las opciones es visitar una de las zonas más ricas en frutas de la Península Ibérica. Aquí puedes vivir una agroexperiencia entre frutales. En la zona existen numerosos alojamientos rurales en los que puedes recolectar tu propia fruta y hacer una mermelada para el invierno como la casa rural “Entrefrutales”. O también conocer la rica cultura medieval de la “toscana aragonesa” en la comarca del Matarraña y visitar los pueblos de Beceite, Calaceite y Valderrobres.